Debido a la variedad de problemas asociados a las actividades industriales, este tipo de contaminación será considerada separadamente. Se debe mencionar que constituye una de las causas principales del deterioro de la calidad del aire, el agua y el suelo y de la generación de residuos peligrosos en el país.
Cabe aclarar que, según el Informe de
Dicho informe subraya asimismo que una indicación general sobre el grado de deterioro ambiental debido a la industria puede ser obtenido de mejor manera, quizás, a través del análisis de la situación en áreas representativas para las que existe una cantidad de datos razonable. Tal el caso de las Provincias de Buenos Aires, Córdoba y Tucumán.
Así, como se dijera más arriba, el sector industrial es responsable de un 50% de la contaminación hídrica en el AMBA (que concentra cerca del 60% de la producción industrial del país), siendo a su vez la fuente dominante en otros casos como el río Santiago en
Sus causas pueden encontrarse, esencialmente, en el empleo de tecnologías sucias, sistemas de producción obsoletos y un inadecuado control por parte de las autoridades competentes debido, en muchas ocasiones, a una superposición de jurisdicciones que impide un accionar efectivo.
La generación de residuos peligrosos, dada la inexistencia de plantas para su tratamiento, almacenamiento y/o disposición final, debe considerarse como un problema de gran magnitud, puesto que no debe descartarse la posibilidad de que los mismos sean eliminados en gran parte en basurales a cielo abierto, tanques sépticos y pozos negros incontrolados que percolan hacia las aguas subterráneas y cursos superficiales donde se acumulan en los lodos de los lechos o fluyen hacia los receptores finales de éstos.
Sólo en
Degradación de los mares y riberas:
El mar Argentino se calcula que alberga una 300 especies, con una biomasa marina para especies comerciales que alcanza las 12.072.657 toneladas y un rendimiento máximo sostenido, esto es, el volumen máximo que puede extraerse de una especie sin afectar el desarrollo de la misma, del orden de las 3.000.000 toneladas. (Lara, A. en Roccatagliata, 1997).
Hasta principios de los ´60, la actividad pesquera estaba destinada al consumo interno y se basaba en una flota de embarcaciones reducidas y de poca capacidad de captura. Desde entonces la actividad ha crecido considerablemente debido a la reorientación de la oferta de los productos marinos hacia el mercado externo.
Sin embargo, el futuro del sector se encuentra seriamente comprometido debido a la sobrepesca llevada a cabo por empresas tanto nacionales como extranjeras, escasamente controladas por el Estado, que modifica la biomasa marina tanto en su cantidad como en su estructura.
Las capturas de fauna íctica que realizan buques de otras banderas en la zona económica exclusiva argentina, no sólo mediante la formalización de acuerdos binacionales sino también directamente a través de la pesca furtiva; es particularmente nociva, no sólo por los volúmenes de pesca manejados sino también por la sofisticación de los equipos de captura y la falta de mecanismos permanentes de control.
Por otra parte, con referencia a los recursos pesqueros marinos, la pesca nacional se caracteriza por su escasa diversificación, con la explotación de algunas especies por encima de los valores correspondientes a su rendimiento potencial y la subutilización de otras. (Bárbaro et al., 1994)
Si bien, como se ha mencionado anteriormente, el INIDEP (SAPyA) fija anualmente la captura máxima permisible (CMP) para el año en curso, las capturas reales exceden muchas veces los límites establecidos requiriendo que se dispongan medidas para la salvaguarda de ejemplares juveniles de las especies más afectadas. (
Los problemas relacionados con la pesca indiscriminada a escala mundial han llevado a
Con respecto a la degradación de los mares y costas merece especial mención el tema de la contaminación con hidrocarburos provenientes de accidentes mar adentro, de derrames desde los cursos fluviales y de perdidas desde refinerías costeras y plataformas off shore.
En todas las estaciones muestreadas en el Golfo San Jorge se registró la presencia de petróleo fresco y degradado de múltiples fuentes, lo que estaría indicando que existe un aporte constante la hidrocarburos de carácter crónico relacionado con las actividades de esta industria. Por otra parte, se detectó la existencia de estos compuestos en zonas de acumulación, como el Faro Aristazábal, relacionadas con corrientes marinas y transportes de materiales.
Con respecto a derrames de petróleo de carácter accidental, se puede mencionar el caso de contaminación con hidrocarburos como consecuencia del choque ocurrido entre el Sea Paraná, de bandera alemana, y el Estrella Pampeana, de bandera liberiana, el pasado 15 de Enero en el Río de
Catorce unidades de
Obsolescencia o inexistencia de infraestructura sanitaria:
La obsolescencia o inexistencia de infraestructura sanitaria (agua potable, desagües cloaca-les y pluviales) contribuye tanto al problema de las inundaciones urbanas como al de la contaminación hídrica.
Según datos del Plan Nacional de Saneamiento (S.RR.HH., 1988) la cobertura promedio de agua potable a nivel nacional en el año 1987 era del 66% para la población concentrada (rural y urbana), habiendo superado el crecimiento demográfico al de los servicios para el período 1980-1987. Para los servicios cloacales, la cobertura promedio a nivel nacional alcanzaba, por su parte, al 37% sobre la población concentrada, correspondiendo la casi totalidad a localidades urbanas. El incremento de cobertura tampoco superó, en este caso, al crecimiento demográfico.
Debe tenerse en cuenta que desde el inicio de la concesión a Aguas Argentinas 1.282.152 habitantes han sido incluidas al servicio de provisión de agua potable y 666.137 al de desagües cloacales. El total de habitantes abastecidos por la empresa alcanzó, para el quinto año de concesión, a 7.483.078 habitantes, mientras que recolectó los efluentes cloacales de 5.581.065.
Los desagües domésticos constituyen, tal vez, una de las fuentes más importante de contaminación del país las que, por su parte, afectan seriamente a las fuentes aptas para consumo. La población urbana no conectada a servicios cloacales se ha incrementado en más de un millón de personas en la última década, creándose situaciones ambientales de alta vulnerabilidad, particularmente en zonas marginales.
Según el Informe del Banco Mundial antes citado, en el AMBA, más 5 millones de personas disponen sus descargas domésticas en cámaras sépticas, pozos absorbentes u otros sistemas individuales directamente conectados con los acuíferos. Los líquidos de las cámaras sépticas son recogidos periódicamente por camiones atmosféricos que no siempre los depositan en los sitios autorizados, lo que genera un riesgo adicional de contaminación.
Otras cantidades de efluentes tanto domésticos como industriales (algunos parcialmente tratados y otros sin tratar) son descargadas directamente a canales, conductos, arroyos y ríos que atraviesan el Area Metropolitana. Muy pocas ciudades del país cuentan con plantas de tratamiento de líquidos cloacales (por ej., Córdoba, Mendoza) mientras que el resto los descarga sin tratamiento alguno a los cuerpos de agua linderos.
Inundaciones:
Con respecto a las inundaciones en ambientes urbanos, son de mencionar las que se producen en el Area Metropolitana de Buenos Aires tanto por las lluvias que provocan el desborde de los cursos y arroyos entubados que atraviesan
Las zonas bajas de Belgrano, Nuñez, Palermo, Villa Crespo, las zonas aledañas al Ria-chuelo y el Bajo Flores, al igual que las urbanizaciones de Villa Lugano se encuentran entre las más castigadas en lo atinente al impacto socioeconómico de este fenómeno, particularmente en las últimas décadas, debido al desfasaje considerable entre el incontrolado crecimiento urbano y la infraestructura sanitaria que se menciona anteriormente.
San Fernando, Dock Sud, Tigre, Lomas de Zamora, Monte Grande, etc. son algunas de las localidades con mayor riesgo de sufrir inundaciones en el área correspondiente a la provincia de Buenos Aires, del Gran Buenos Aires.
Gestión inadecuada de los residuos sólidos:
En lo atinente a residuos sólidos, la gran mayoría de las ciudades cuenta con servicios de recolección, muchas veces de tipo municipal, que se concentran, generalmente, en los barrios céntricos de los cascos urbanos respectivos y resultan inadecuados en las zonas periféricas en las que se asienta la población de menores ingresos. Así, la basura se acumula en terrenos baldíos y a la vera de ríos y arroyos contribuyendo a la contaminación hídrica y, en menor grado, a la creación de hábitats propicios para la proliferación de vectores transmisores de enfermedades.
Debido a la falta de sitios de disposición final de residuos sólidos (o a la decisión de ciertos municipios de no utilizarlos por una cuestión de costos) han proliferado los basurales a cielo abierto, generando no sólo problemas de contaminación de aguas subterráneas sino también de salud, dada la fácil accesibilidad de la población, principalmente niños, a los mismos, y su localización en zonas bajas y anegadizas.
Según el Informe del Banco Mundial sobre contaminación ambiental, este problema ocupa el tercer puesto dentro de las áreas prioritarias de acción, luego de la contaminación de las aguas subterráneas y la del aire y el ruido. Esto se debe a que son considerados como causa de daños a la propiedad, pérdida de espacios para recreación y daños ecológicos variados.
En el AMBA, el CEAMSE presta el servicio de disposición final mediante el método de rellenamiento sanitario a
Según datos del mismo CEAMSE, en 1992 existían todavía 74 basurales a cielo abierto en el área. Se trata de un problema de difícil resolución pues tal tipo de disposición constituye una fuente de ingresos para los sectores de menores recursos de la población urbana. No debe olvidarse que la operación de basurales se halla estrechamente integrada a la economía informal de asentamientos irregulares (villas miseria).
SITUACION AMBIENTAL ARGENTINA
Problemas a Nivel Rural:
Los problemas ambientales que se producen en el ámbito rural son consecuencia principalmente de dos factores determinantes: el avance de la frontera agropecuaria sobre los ecosistemas naturales (Selva Misionera, Gran Chaco, etc.); y las prácticas agrícolo-ganaderas no sustentables.
Inundaciones y sequías:
Las inundaciones de llanura pueden agruparse en dos grandes tipos, en función de sus causas: los anegamientos y los desbordes de los causes. (Fuschini Mejía, M. en Durán, D., 1998). El primero puede ser provocado por un exceso temporal en las precipitaciones o por un ascenso en el nivel freático.
Cuando se deben a los desbordes de los ríos, el desencadenante de estos fenómenos es un aumento en la cantidad de agua en las nacientes que trae aparejadas crecidas que, en determinadas ocasiones, supera los bordes de la sección transversal. Esto es lo que se conoce como almacenamiento lateral y puede cubrir grandes extensiones y prolongarse por largos períodos. Es posible también que se den inundaciones de tipo mixto, es decir, en una zona anegada se produce el desborde de algún curso.
Las inundaciones se producen en regiones bien diferenciadas:
El Noreste, donde las inundaciones resultan consecuencia de los desbordes recurrentes (estimados como bianuales) de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay; de lluvias caídas en el interior de los valles aluviales que drenan hacia cursos afluentes que, a su vez, desbordan al encontrarse con los cuerpos principales; y de lluvias localizadas en las ciudades y en las principales zonas productivas.
El caso de los ríos Pilcomayo y Bermejo reviste características diferentes. En efecto, naciendo en las altas cumbres y descendiendo a una velocidad tal que genera graves procesos erosivos en la alta cuenca, estos cursos se desaceleran en las zonas planas donde depositan su elevado contenido de sedimentos. Por lo tanto, sus cauces resultan provisorios y desbordan en sitios diferentes cada año, lo cual resulta difícil de prever. Sin embargo, como los anegamientos se producen en zonas poco o nada pobladas y de baja relevancia agropecuaria, su impacto social es de un nivel de significancia mucho menor.
En este sentido se puede mencionar las inundaciones acontecidas en la zona del litoral como consecuencia de las lluvias extraordinarias provocadas por el fenómeno del Niño, que suele darse a intervalos de 7 u 8 años alterando al comportamiento normal de los océanos y atmósfera.
En el período de inundaciones de Noviembre de
En 1998
Cabe acotar que las inundaciones por desbordes de los cursos de agua sobre sus correspondientes valles aluviales afectan a sectores urbanos en los que se da una ocupación no planificada e incontrolada de tales valles donde habita, en la gran mayoría de los casos, la población de recursos más escasos. Asimismo, como los cursos suelen hallarse contaminados, la combinación de los factores inundación - contaminación potencia la magnitud del problema.
Cabe destacar, finalmente, los problemas causados por la sedimentación de los materiales generados a partir de la meteorización de las formaciones rocosas y de la erosión de los suelos en diversas cuencas hídricas, particularmente la del Río de
Las sequías resultan de condiciones hídricas en las que prevalece la escasez de agua como resultado de precipitaciones insuficientes en una serie de años sucesivos. Como consecuencia de ello se empobrecen las pasturas, disminuye el rendimiento de los cultivos y personas y animales ven limitadas sus posibilidades de disponer de agua. (Durán D. 1996)
Las mismas afectan de manera permanente a las regiones áridas y semiáridas del territorio y a las regiones húmedas y subhúmedas del país, en forma intermitente, alternando inundaciones con sequías.
Deben distinguirse las sequías hidrológicas, como déficit hídrico permanente, de las sequías agrícolas que se producen cuando la disponibilidad de agua no coincide con las épocas en las que las necesidades agropecuarias lo exigen. (Fuschini Mejía, M. en Durán, D., 1998).
Al respecto se mencionarán tres acontecimientos de sequías hidrológicas. (Duran, D., 1998). La ocurrida en Corrientes y Misiones en 1985 y 1986 durante la cual llovió, en un total de 60 días, tan sólo
El otro episodio de sequía que será mencionado es el ocurrido en 1987, en Salta y Tucumán, que registro un déficit de precipitaciones de nueve meses. Las consecuencias principales de este desastre natural fueron la muerte de gran cantidad de ganado mayor y menor; la afectación de los cultivos en toda la región, especialmente en Tucumán, en donde se perdió el total de la cosecha de verano de limones y naranjos; escasez del agua para bebida; etc.
Por último, se mencionará la sequía ocurrida entre 1988 y 1989, que afectó a las provincias de Buenos Aires, Córdoba,
Degradación de los suelos:
Según
Debido a la acción de agentes exógenos las rocas sufren una gradual metorización (degradación química y física) que con el paso del tiempo da lugar, sumada a la acción de organísmos vivos, a la formación del suelo. Las particulas disgregadas pueden ser removidas y transportadas por los dos agentes erosivos más comunes: el viento y el agua. Esto es lo que se conoce con el nombre de erosión eólica e hídrica respectivamente.
Sin embargo, este proceso natural puede ser acelerado e incluso desencadenado por acciones humanas. Entre estas se pueden mencionar como más importantes el sobrepastoreo, el desmonte o deforestación y las labranzas.
Los efectos nocivos de la erosión hídrica se manifiestan prácticamente a todo el país pero se pueden mencionar, por su nivel de degradación, las áreas correspondientes al Sur de Misiones, Noroeste de Corrientes, centro y Oeste de Entre Ríos, Tucumán, Sur de Salta, las cuencas de los ríos Carcaraña y Tercero y del río Arrecifes y Arroyo del Medio. (SAGyP y CFA, 1995).
La erosión eólica afecta principalmente a las zonas áridas y semiáridas del país, en las que se estima que un 40% de las mismas se encuentra efectuada. (SAGyP y CFA, 1995).
A modo de ejemplo se presentan el cuadro y mapa siguientes, ilustrativos del volumen de tierras sujetas a erosión hídrica y eólica en
Según Di Pace et al. (1992), existen 22 millones de ha de tierras degradadas de muy difícil recuperación en
En general, los procesos erosivos provocan una paulatina disminución de la fertilidad del suelo, debido a la pérdida de la capa superficial del suelo que contiene la materia orgánica y minerales necesarios para el sustento de la vegetación. A esto deben sumarse los efectos de las prácticas agrícolas inadecuadas que implican la utilización de los nutrientes, sin una posterior reposición y la contaminación del suelo y aguas aledañas con agroquímicos para contrarrestar los efectos de la disminución en la productividad de los campos. Este tipo de degradación afecta prácticamente a todas áreas agrícolas definidas como de erosión nula o leve. (SAGyP y CFA, 1995).
Las pérdidas de mayor nivel de criticidad afectan, según Di Pace et al., a
Como dato ilustrativo respecto al futuro esperable, puede mencionarse que en las tierras correspondientes a la zona cañera de
La desertificación es el nivel extremo que puede alcanzar la degradación y el deterioro de los suelos y de todo el ecosistema en general. Este problema es característico de las zonas áridas y semiáridas por lo que nuestro país, con un 75% de superficie en tales condiciones, se encuentra naturalmente expuesto.
La gravedad del fenómeno de desertificación se debe al hecho de que el ritmo de regeneración de la vegetación en estas zonas es muy bajo y, por lo tanto, su recuperación, aunque no imposible, es lenta y requiere de grandes esfuerzos para revertir las condiciones que dieron origen al problema.
Al respecto se puede mencionar que las zonas comprendidas por
Como dato ilustrativo podemos decir que hace 20 años funcionaban en la región 1.261 establecimientos ganaderos sobre una superficie aproximada de
Salinización secundaria y problemas de drenaje:
La salinización secundaria y las deficiencias o impedimento del drenaje rural constituye un problema principalmente en aquellas zonas con sistemas agrícolas bajo riego. A modo de ejemplo, puede citarse la elevación de la napa freática que potencia la salinización y las dificultades sufridas para el drenaje de ciertos campos frutihortícolas aguas abajo de las represas hidroeléctricas construidas sobre el río Limay en el oasis del Alto Valle del Río Negro.
Las provincias con mayor superficie bajo riego son Mendoza (
Con respecto a los problemas de salinidad le siguen en orden de importancia, San Juan y Tucumán con
En la actualidad, la superficie con "derecho a riego" cubre, según Barbaro et al. (1992), 1,5 millones de Ha, lo que equivale al 0,55% del territorio nacional. Ello no obstante, la superficie sometida efectivamente a riego alcanza sólo a unas
La eficiencia nacional promedio del uso del riego es de alrededor de un 35%, alcanzando niveles un poco mayores en el caso de los oasis de regadío de Mendoza y San Juan (42%).
Riesgo sísmico, aluvional, de tornados y volcánico:
La sismicidad, según Di Pace et al., afecta a un núcleo de muy alto coeficiente sísmico ubicado en unos 200.000 km2 en la zona andina de las provincias de Mendoza y San Juan con probabilidades de ocurrencia de terremotos en cien años que superan el grado VI de la escala Richter. Dentro de esta zona existe otra, más reducida (70.000 km2), bisectada por el límite interprovincial, en que las intensidades sísmicas probables en cien años son superiores al Grado VIII de la escala antes enunciada. Al respecto se mencionará el terremoto ocurrido en Caucete, San Juan, el 23 de Noviembre de 1977 que provocó la muerte de personas y la destrucción de numerosas viviendas.
Los volcanes, al igual que el riesgo sísmico, afectan a la franja occidental del país debido a la disposición y desplazamiento de las placas tectónicas. Los volcanes pueden tener con el tiempo efectos positivos para el ambiente pero inicialmente pueden significar un riesgo serio para las personas y la vida natural. Por un lado, se pueden mencionar los gases tóxicos, que en forma de nube se desplazan distancias considerables pudiendo provocar intoxicaciones y asfixias. Las cenizas, por su parte, son dispersadas por el viento llegando a afectar a los habitantes de las localidades cercanas, así como al ganado y a los cultivos.
Otros riesgos naturales son los aluviones, que afectan seriamente la infraestructura vial y ferroviaria de zonas montañosas en las que la deforestación de laderas y el uso agrícola de tierras no aptas y con pendientes elevadas constituyen acciones antrópicas potenciadoras del fenómeno de referencia. Estas aluviones han producido situaciones trágicas tanto en la zona de las Sierras de Córdoba (San Carlos Norte) como en
Con respecto a los tornados, la zona de ocurrencia incluye Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco,
Incendios:
Los incendios, de origen natural o intencionales, son acontecimientos corrientes en muchas zonas del país. Entre ellos se pueden mencionar:
Los incendios en el sector oeste de la zona Pampeana y en el Bosque austral, se ven favorecidos por la velocidad y frecuencia de los vientos que hacen que los mismos sean vastos (en general, superan las
Las sabanas del Gran Chaco, donde los incendios son frecuentes aunque en manchones ya que el sobrepastoreo ha contribuido al consumo de lo que representaría el combustible para los mismos.
Ejemplo de las magnitudes catastróficas que pueden tomar los incendios forestales son los que se produjeron en la temporada estival 98/99 en las zonas aledañas a
Daniel Posse, presidente de
Deforestación:
La deforestación sufrida por grandes superficies ha hecho que, según datos del IFONA, de los 106 millones de Ha (39% de la superficie del territorio nacional) cubiertos por bosques nativos en 1914 se pasara a alrededor de 35,5 en 1987 (14% de dicha superficie).
De acuerdo con el Lic. Antonio Morlio, coordinador del Programa Forest-Ar, la extracción media anual de productos forestales provenientes de todos los bosques alcanzan a 7,3 millones de toneladas. De estas, entre 1/6 y 1/3 se obtienen en bosques nativos. Estos se estima que ocupan actualmente una superficie de unos 36 millones de hectáreas.
La explotación forestal desde fines del siglo pasado, con un carácter netamente extractivo, ha puesto en serio riesgo la existencia de especies arbóreas de gran valor. En la provincia de Misiones, por ejemplo, la explotación se centro en las llamadas "maderas de ley", que incluían a los Cedros, Lapachos, Peteribies, etc. y otros exponentes tales como el Palo Rosa y el Pino Paraná. (Chébez, J.C., 1994).
En la región chaqueña, emprendimientos a corto plazo como el llevado a cabo por la empresa "
En el Chaco serrano y la llanura chaqueña la extracción forestal indiscriminada ha degradado el recurso provocando el reemplazo de especies de gran valor, de maderas duras y de lento crecimiento, por malezas leñosas de poca utilidad. En la mayor parte de las regiones desmontadas el monte tiende, al cabo de 4 o 5 años sin cultivo, a volver a instalarse pero en formas degradadas respecto de la vegetación original. La vegetación actual esta integrada por individuos aislados de especies con valor forestal (utilizados para sombra o estética en los establecimientos ganaderos o agroganaderos) y abundante fachinal. (SAGyP y CFA, 1995).
Algo similar ocurre en
El desmonte, que viene efectuándose a una tasa de 30.000 Ha/año, ha sido y continúa siendo llevado a cabo con el fin de implantar en las áreas desmontadas actividades agrícolas y/o, eventualmente, ganaderas (caso que no se ha dado en nuestro país en los últimos treinta años); y para la reforestación con otras especies de crecimiento más rápido.
Ejemplo de ésto es la selva tucumano-salteña o yungas, que ha perdido prácticamente su piso inferior de vegetación arbórea, la selva de pedemonte, al ser reemplazada por cultivos cañeros y frutihortícolas. (Chébez, J.C., 1994).
Incluso en años recientes, áreas que aún permanecían en su estado natural fueron devastadas por los planes de colonización tendientes a expandir la frontera agropecuaria. Tal es el caso del parque chaqueño que ha perdido gran parte de su vegetación arbórea para dar paso a plantaciones de algodón.
A esto se deben sumar la proliferación de cultivos de especies arbóreas exóticas, de rápido crecimiento, para la producción de papel y maderas de baja calidad, que han reemplazado los espacios ocupados anteriormente por formaciones naturales de gran biodiversidad.
La degradación de los bosques naturales puede traer consecuencias perjudiciales para ciertas actividades económicas como las represas hidroeléctricas o los sistemas de potabilización (acumulación de sedimentos por lavado de terrenos) y a zonas urbanas (deslizamiento de tierras en zonas montañosas e inundaciones).
Contaminación por agroquímicos:
Algunos de los contaminantes que contribuyen al deterioro de la calidad de las aguas, fundamentalmente por arrastre por lluvias, y del suelo, son los plaguicidas (aldrin, dieldrin, hexaclorohexano, heptacloro, etc.). Algunos de estos son altamente nocivos e incluso bioacumulables, con una vida media de
A modo de ejemplo se menciona que en el Alto Paraná, a la altura de Candelaria, Misiones el mismo autor señala que se han detectado niveles de Disulfotón del orden de los
De acuerdo a Bárbaro et al., el 60% de los plaguicidas comercializados son herbicidas y, si bien su utilización se duplicó entre 1975 y 1985, nuestro país utiliza menos de la mitad de la cantidad empleada por Canadá, una tercera parte de la usada por Australia y alrededor de un décimo de la correspondiente a algunos países de
En cuanto al tipo de plaguicidas empleado, dicha fuente indica que el control de su uso ha sido muy permisivo (comercializándose algunos prohibidos en otros países), aunque parecería que la tendencia podría revertirse como consecuencia de varios factores como las imposiciones del mercado internacional en materia de control de alimentos, la generación y transferencia de nuevos conocimientos, la creciente preocupación social y la creación de organismos oficiales de control.
A pesar de los importantes caudales de agua transportados por los ríos de
Por otra parte, de acuerdo a Vila y Bertonatti (1993) y no obstante contarse con una rica legislación en la materia, en nuestro país no existirían controles sobre la importación, comercialización interna, selectividad de aplicación, técnicas de aplicación y tiempos de carencia (los que deben mediar entre la aplicación del biocida, la cosecha y la salida del mercado). Según dichos autores nuestro país forma parte de aquel grupo de países que reciben biocidas prohibidos o restringidos en sus países de origen y que, como consecuencia de la detección de tales agroquímicos en los productos primarios que se exportan, se encuentran con fuertes restricciones. La tendencia actual, según lo indican Bárbaro et al., es que tal situación parecería tender a revertirse.
Disminución de la biodiversidad:
La pérdida de la biodiversidad en
En lo que hace a la fauna íctica, las grandes concentraciones urbanas e industriales, con los procesos de contaminación y eutroficación asociados a las mismas, son las principales responsables de su deterioro. Aunque aún no evaluado objetivamente, el impacto de las represas, en función de las particularidades del sistema y de las características biológicas de las especies presentes, debe asimismo ser tenido en cuenta.
Con respecto a este punto, cabe mencionar que la falta de integración entre las políticas de aprovechamiento de los recursos transfronterizos ha significado en muchos casos una pérdida de tiempo y recursos para nuestro país. Al respecto se puede mencionar el caso del Bosque austral entre Argentina y Chile (período 1980-1989), donde en nuestro país se protegían determinadas especies que eran explotadas en Chile y luego ingresaban al nuestro como madera aserrada; o el del Parque Nacional Río Pilcomayo (Pcia. de Formosa), donde se protegen ciertas especies que son afectadas por cazadores furtivos provenientes de Paraguay a través del río homónimo.
La introducción accidental o intencional de plantas y animales exóticos puede resultar un grave riesgo para la supervivencia de las especies nativas. Las primeras, si logran aclimatarse, se encuentran en franca ventaja con respecto a las segundas puesto que no tienen predadores naturales ni organismos que las paraciten. Así es como especies arbóreas como el Ligustro,
Los efectos que pueden tener las especies exóticas han demostrado en muchas ocasiones ser negativas al punto de poner en serio riesgo la supervivencia de la flora y fauna nativas. Por un lado, pueden convertirse en competidoras y predadores altamente eficientes, por otro pueden dañarlos indirectamente al destruir su hábitat y por último pueden introducir parásitos y enfermedades para las cuales las especies nativas no tienen defensa.
Con respecto a la caza comercial, legal o ilegal, la persecución de la cual son objeto algunas de nuestras especies autóctonas ha puesto en serio peligro a algunos de nuestros más hermosos exponentes de flora y fauna natural, especialmente al combinarse con los factores vistos anteriormente. Según CITES, el comercio internacional de plantas y animales silvestres mueve legal e ilegalmente unos 20 mil millones de dólares anuales.
Los motivos principales para la captura de flora y fauna pueden resumirse como: obtención de animales vivos como mascotas o como elemento ornamental; obtención de cueros, pieles y plumas; y como recurso proteico, en mucha menor medida.
En el primer grupo se destacan los monos, los loros, los flamencos, los cisnes, los tucanes, peces, anfibios y reptiles varios; en el segundo, los gatos manchados, los zorros, los zorrinos, el lobito de río, la vicuña, el guanaco, los pecaríes, el coipo, la chinchilla, los yacarés, las boas, los lagartos overos, etc.; y en el tercer grupo se encuentran entre los más presionados la vizcacha y la mulita. (Chébez, J.C, 1994)
Uno de los factores que agravan aún más la situación es el hecho de que la fauna constituye parte del sustento complementario o casi único de la población rural mientras que, según evaluaciones sobre sistemas de comercialización, se ha estimado que el cazador sólo llega a retener del 0,01 al 2% del producto final (Bárbaro et al., 1994). El tráfico ilegal de fauna trae aparejado, por lo tanto, inconvenientes ecológicos, económicos y sociales.
Entre las especies que figuran en el Red Data Book de
Seguidamente se hará una breve referencia a la situación en que se encuentran los ecosistemas de humedales en
El término humedal hace referencia a distintos ambientes acuáticos tales como lagos, lagunas, esteros, bañados, turbales, ríos y arroyos, que contienen por lo general una gran diversidad y productividad biológica y proveen a la sociedad de gran cantidad de recursos ictícolas y faunísticos, así como la posibilidad de un desarrollo turístico y recreacional en estas zonas.
La riqueza de los humedales en el país, con numerosos endemismos, es muy grande: lagos, lagunas y salinas en la región de las Pampas y
Entre las causas principales de la degradación de los ecosistemas de humedales se encuentran el deterioro de la calidad de las aguas superficiales como consecuencia de los vertidos de aguas cloacales e industriales; la construcción de grandes obras de ingeniería, tales como diques y represas; la deforestación; la erosión de los suelos; la extracción de las aguas para consumo de la población y riego; etc. Esta última ha sido la causa de la desaparición casi total de los humedales y laguna de Guanacache ubicadas al pie de los Andes en las Provincias de Mendoza y San Juan, que antiguamente poseían una extensión considerable.
Cambio climático global:
Si bien el cambio climático corresponde más a una problemática mundial que nacional, se harán a continuación comentarios sobre la situación particular de
Los gases incluidos en el inventario son: Dióxido de Carbono (CO2), Metano (CH4), Monóxido de Carbono (CO), Oxidos de Nitrógeno (NOx), Oxido Nitroso (N2O) y Compuestos Orgánicos Volátiles distintos del Metano (COVDM). El total nacional de emisiones de GEI se resume en la tabla siguiente:
Cuadro Nº 3: Emisiones de Gases de Efecto Invernadero para el total del país (Gg). 1990 y 1994.
PROGRAMA PRODIA
| 1990 | 1994 | Variación porcentual |
CO2 | 97.402,01 | 109.000,68 | 11,90% |
CH4 | 13,90 | 33,16 | 138,56% |
NOx | 536,00 | 619,00 | 15.48% |
CO | 1.511,00 | 1.736,00 | 14,89% |
COVDM | 274,40 | 329,00 | 19,90% |
N2O | 0,60 | 0,80 | 33,33% |
Fuente: Inventario de Gases de Efecto Invernadero. Gobierno de
Los resultados de las emisiones en Gg para 1994 se presentan en la siguiente tabla:
Cuadro Nº 4: Emisiones de Gases de Efecto Invernadero por actividad (Gg). 1994
| | CO2 | CH4 | NOx | CO | COVDM | N2O |
Energía | Sector público | 16.978 | 0,07 | 61,2 | - | - | - |
| Autogeneración | 3.211 | 0,01 | 11,1 | - | - | - |
| Refinación de petróleo | 5.308 | 0,05 | 14,0 | - | - | - |
| Otras de energía | 6.689 | 0,02 | 24,0 | - | - | - |
| Industria | 17.000 | - | 24,7 | 5,5 | - | - |
| Transporte | 34.787 | 31 | 323 | 1659 | 305 | |
| Comercial / institucional | 3.110 | | | | | |
| Residencial | 14.592 | | | | | |
| Agrícola | 7.235 | | 148 | 59 | 23 | |
| Emisiones fugitivas | 1.111 | 37,71 | | | | |
Procesos | industriales | 4.248 | | | | 19 | |
Agricultura | | 8,12 | 2573,88 | 2,29 | 136,65 | | 0,7 |
Desperdicio | | | 511 | | | | |
PROGRAMA PRODIA
Fuente: Inventario de Gases de Efecto Invernadero. Gobierno de
Actualmente el 70% de las emisiones de CO2 se originan en el consumo final de la energía y el 30% restante en el abastecimiento energético. La utilización de energía aporta GEI por dos vías, una por las emisiones fugitivas producto de la actividad y otra por la quema de combustibles. Las primeras son de pequeña magnitud, tal es así que al conjunto de los sistemas de Petróleo y Gas Natural se le pueden adjudicar 30,41 Gg de CH4 y 1111,08 Gg de CO2 en 1994 y a la minería del carbón 7,3 Gg de Metano para el mismo año. (Inventario de Gases de Efecto Invernadero, 1997).
Con respecto a la quema de combustibles, la participación es mucho más elevada. En este informe se desagregarán las emisiones de GEI según el origen de las mismas. Así puede distinguirse el consumo de energía del sector público, de autogeneración, de refinación de petróleo, de otras industrias de energía, de la industria en general, del transporte y de la combustión en pequeña escala, que incluye el consumo de comercios e instituciones, el del sector residencial y el del sector agrícola.
Es importante resaltar que las emisiones principales de CO2 se originan en el consumo de energía por parte del transporte, seguido por las industrias, pero mientras que el primero las incrementó en un 26,8% entre 1990 y 1994, las segundas disminuyeron sus emisiones.
Las industrias también disminuyeron los niveles emitidos de NOx y CO en un 67,6% y 65,4% respectivamente. Esto se debe principalmente a la sustitución del Diesel Oil por Gas Natural. Sin embargo, las emisiones por procesos industriales pasaron de 2.994 Gg en
Con respecto al gas metano, la fuente principal de emisiones es la agricultura a partir de la generación por fermentación entérica y tratamiento de estiércol, 92,1% de las cuales corresponden al ganado bovino; el cultivo de arroz (119,48 Gg en 1994); y en menor medida, por la quema de residuos orgánicos in situ.
Cabe destacar que las emisiones de CO tienen su principal origen en el transporte, como consecuencia de la combustión incompleta, y en menor proporción en la agricultura.
Con respecto a los cambios en el uso de la tierra, se estimó el promedio anual correspondiente al período 1989 - 1994 en una absorción neta de 63347 Gg de CO2. Este es el resultado de calcular las absorciones y emisiones netas de las distintas conversiones de usos.
En el caso de los bosques manejados, la absorción neta es de 31.809 Gg de CO2/ año, en la conversión de bosques a tierras de uso agropecuario corresponde una emisión neta de 36.844 Gg/año, y en el abandono de tierras de cultivo o ganaderas, una absorción neta de 6.8382 Gg/año.
La cuarta Conferencia de las Partes de
Luego de varias horas de negociaciones a puertas cerradas y concluida la sesión plenaria, los delegados adoptaron el llamado Plan de Acción de Buenos Aires, entre otras decisiones de importancia. Por el mismo las partes declaran su determinación de fortalecer la implementación de
Dos acontecimientos resultaron particularmente importantes para
Capítulo 5
Areas Temáticas que Requieren Control Prioritario
En base a lo expuesto en este Informe Final, surge que las áreas temáticas que requieren control prioritario pueden categorizarse en dos grandes grupos:
o las relacionadas con el control de la calidad de los recursos naturales, y
o las vinculadas estrechamente con el control de las actividades humanas que generan no sólo el deterioro de la calidad de los primeros sino el de la calidad de vida humana misma.
Cabría mencionar como un tercer grupo al relacionado con la prevención y control de desastres naturales. Este, si bien no puede ser incluido estrictamente dentro de lo que se considera un sistema de control ambiental, incluye indudablemente a la variable ambiental entre los componentes primordiales que lo componen.
En todos los casos deben fijarse objetivos de calidad que tiendan hacia un "desarrollo sostenible", es decir, como se dijera anteriormente, al logro de un adecuado crecimiento económico en el que tanto la tecnología como la organización social se reordenen y mejoren con el fin de satisfacer las necesidades de la totalidad, respetando la capacidad del ambiente para absorber los efectos de las actividades humanas. Es decir que las políticas para el desarrollo sostenible deberían aumentar la capacidad productiva y, simultánea-mente, ampliar las oportunidades para un desarrollo equitativo. (Lara A. 1993)
Los objetivos a fijar deberán basarse en premisas realistas, lo que implica partir de un conocimiento profundo de la situación actual, estipulándose metas intermedias para el corto y mediano plazo que signifiquen y permitan una gradualidad hacia la consecución de los primeros.
Dentro de las áreas de control que integran el primer grupo, se proponen las siguientes:
o Las aguas, tanto superficiales como subterráneas. Con respecto a la calidad, tender a fijar objetivos de calidad que compatibilicen los requerimientos de los distintos usos fijados para las mismas y sus correspondientes capacidades receptoras. Con respecto a la relación oferta - demanda, establecer mecanismos para la gestión integral del recurso agua, considerando las necesidades de consumo de los distintos sectores y sus prioridades. En aquellas áreas donde el agua sea un recuso escaso, deben establecerse pautas especiales que permitan enfatizar su conservación y concientizar a los usuarios y a los ciudadanos en general sobre el valor clave de este recurso.
o La calidad del aire, debiendo fijarse objetivos que tengan en cuenta las condiciones meteorológicas predominantes y la capacidad del área para recibir las inmisiones provenientes tanto de fuentes móviles como fijas. Esta cuestión requiere consideración especial en las metrópolis del país. Para ello, se necesita comenzar por el monitoreo de los parámetros clave para cada caso. Finalmente se requiere trabajar en la relación entre calidad del aire - uso del suelo y planeamiento del transporte.
o La calidad de los suelos, debiendo tenderse a objetivos que, partiendo de la capacidad de uso de los mismos y de las actividades efectivamente desarrolladas en cada caso, tiendan a revertir, mejorar y controlar el estado de deterioro actual debido a la erosión, la pérdida de fertilidad, la salinización secundaria, las deficiencias del o las barreras al drenaje rural y la contaminación por acumulación de residuos, entre otros. Para la gestión sostenible de los suelos deben considerarse los siguientes elementos: (Lara, A. 1993)
o coherencia ecológica, es decir, el uso de los recursos naturales de acuerdo con su aptitud;
o estabilidad sociocultural, condiciones sociales básicas que condicionan el modo de utilización del suelo;
o infraestructura, elemento sostiene y fomenta las actividades;
o estabilidad económico - financiera, facilidad de crédito, régimen impositivo;
o incertidumbres y riesgos, especialmente desde el punto de vista natural.
o En las áreas urbanas, es importante considerar la problemática de la contaminación de los suelos, debido especialmente a la actividad industrial y extractiva.
o La preservación de los recursos bióticos (o de la biodiversidad), apuntando al objetivo primordial de crear mecanismos adecuados que permitan, en primer término, realizar un relevamiento sistemático de los mismos y evaluar su importancia como recurso genético de uso agrícola, comercial y farmacológico para, a partir de ello, generar en segundo término los instrumentos que permitan su apropiado control.
Dentro del segundo grupo, deberían someterse a control las siguientes actividades:
o La industrial, incluso la extractiva, y la energética, causantes primordiales del deterioro de la calidad del aire, el agua y el suelo y de la generación de residuos peligrosos en el país, tendiéndose a objetivos que planteen el empleo de tecnologías de baja generación de residuos (con amplia utilización de reciclaje), de sistemas de producción que utilicen insumos "limpios", es decir, que produzcan residuos menos contaminantes y, en los casos en que ello sea necesario, de apropiadas tecnologías de tratamiento de efluentes.
o Las actividades agropecuaria y forestal, teniendo como objetivo el desarrollo de tecnologías que se adecuen a la naturaleza y características específicas de las zonas en que se desarrollen, que eviten la degradación y regulen, entre otros factores, los desmontes, el uso de plaguicidas (los controles sobre la importación, comercialización interna, selectividad de aplicación, técnicas de aplicación y tiempos de carencia), etc.
o Las actividades relacionadas con proyectos de infraestructura (vial, sanitaria, ordenamiento urbano, regulación hidráulica, puertos, vías de comunicación, etc.), apuntando al empleo de tecnologías que compatibilicen la satisfacción de las necesidades de la población involucrada que genera el proyecto de referencia con una apropiada protección de su calidad de vida y la preservación de la calidad de los recursos naturales comprometidos.
o Las actividades de tratamiento, almacenamiento y disposición final de residuos peligrosos, apuntándose a asegurar que las mismas obedezcan a las mejores reglas del arte en la materia de acuerdo a la naturaleza y características de los residuos tratados.
En lo atinente al grupo correspondiente a la prevención y control de los desastres naturales, si bien no se trata estrictamente de un área de control puramente ambiental, la variable de referencia debería insertarse, de todos modos, en los correspondientes sistemas de control, teniendo en cuenta, principalmente:
o Las inundaciones y las sequías que afectan distintas regiones del país;
o la sismicidad que incide sobre un núcleo de muy alto coeficiente sísmico;
o la producción de aluviones que impactan seriamente la infraestructura vial y ferroviaria de zonas montañosas; y
o la generación de incendios en áreas naturales, particularmente de bosques
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